Madrid, 3 de febrero de 2020.- Cada año en España se producen aproximadamente 1.500 muertes fetales a partir de la semana 22 de gestación, en el útero, parto o días después del nacimiento. Según la Organización Mundial de la Salud, (OMS), el periodo perinatal se extiende desde la semana 22 de gestación hasta la primera semana de vida del neonato.

Dra. Elena IrachetaDra. Elena IrachetaDesde el punto de vista obstétrico la muerte fetal es la muerte del producto de la concepción antes de la expulsión o su extracción completa del cuerpo de la madre, independientemente del tiempo de duración de embarazo. "Se divide en muerte fetal temprana, todas las muertes desde la concepción hasta la semana 22 de gestación, estaríamos hablando aquí de los abortos. Muerte fetal intermedia, muertes fetales que tienen lugar entre la semana 22 y la 28 de gestación y por último, muerte fetal tardía, a partir de la semana 28 de gestación" explica Elena Iracheta, Psicóloga Clínica de la Unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional de Madrid

La muerte neonatal es la muerte del recién nacido en las primeras cuatro semanas de vida (28 días) y hay dos tipos. Muerte neonatal precoz, muerte del recién nacido en los primeros 7 días de vida y muerte neonatal tardía, muerte del neonato desde los 7 días completos hasta los 28 días completos de vida.

Las causas de la pérdida perinatal pueden ser múltiples y complejos, no siendo posible identificar causa de la misma en muchos casos.

Tal y como explica Elena Iracheta, "en el duelo es normal experimentar sentimientos de depresión y pueden confundirse estos dos procesos; durante el duelo es frecuente que las mujeres experimenten tristeza por el hijo perdido, es normal que aumente su sentimiento de evitación de mujeres embarazadas y bebés. Todos estos sentimientos irán evolucionando de manera correcta, cosa que no sucede en la depresión…"

El tratamiento psicológico en este tipo de duelo tan especial debe iniciarse en el mismo momento en que sucede la muerte perinatal, cuanto más cercano es en el tiempo mejores resultados se obtendrán.

"El acompañamiento debe ser constante en los primeros días desde el suceso; pero también dejando espacio para la expresión de sentimientos de los padres en soledad. Hay que saber adaptarse a la situación y a la pareja, estar ahí respetando los tiempos. Al final consiste en dejar marchar…. En crear la relación necesaria con los pacientes, enseñar cómo manejar el dolor, evolucionar de forma sana en el proceso de duelo…para ello la figura del médico y del psicólogo clínico son fundamentales," concluye la especialista.

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